Diego Velázquez

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez es conocido como Diego Velázquez, nació en Sevilla, un 6 de Junio de 1599, pintor barroco y considerado uno de los mas grandes exponentes de la pintura española y del mundo.

Sus primeros años vivió en Sevilla, donde evolucionó en un estilo naturista y caravaggista. Con apenas 24 años fue nombrado pintor del rey y 4 años mas tarde fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey. A este trabajo le dedicó el resto de su vida. Su labor consistía en pintar retratos del rey, de su familia, así como otros cuadros para decorar las mansiones reales. Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En su desarrollo tuvo mucho que ver el estudio de la colección real de pintura y su primer viaje a Italia donde estudió tanto la pintura antigua como la contemporánea. En su madurez, a partir de 1631, realizó grandes obras como la rendición de Breda. En su última década su estilo pasó a ser más esquemático y abocetado logrando un dominio extraordinario de la luz. Esta etapa se inauguró con el retrato del papa Inocencio X, realizado en su segundo viaje a Italia y a el pertenecen sus dos últimas obras maestras: las meninas y las hilanderas.

Al llegar, la reina Mariana de Austria, fue un gran motivo para la realización de varios retratos. Los nuevos infantes, nacidos de Mariana, también originaron varios retratos, sobretodo Margarita, nacida en 1651.

Llegando el ocaso de su vida pintó sus dos obras más grandes y complejas, sus pinturas magistrales La fábula de Aracné (1658), popularmente conocida como Las Hilanderas, y el más admirado y conocido de todos sus cuadros La familia de Felipe IV o Las Meninas (1656). En dichas obras podemos apreciar su estilo último donde intenta representar la escena mediante una visión fugaz. Utilizó pinceladas sueltas que de cerca parecen aisladas pero contempladas a distancia adquieren todo su sentido, anticipándose a la pintura de Manet y a los impresionistas del siglo XIX en los que tanto influyó su estilo. Las interpretaciones de estas dos obras han motivado una gran cantidad de estudios y son consideradas dos obras maestras de la pintura europea.