Rojo Florentino



Pionero y considerado el más destacado exponente toscano del manierismo pictórico, Rosso Fiorentino o Rojo Florentino en español, (Florencia, 8 de marzo de 1495 – Fontainebleau, 14 de noviembre de 1540) fue un pintor renacentista que perteneció a la Escuela de Fontainebleau. Rebelde ante las restricciones clasicistas –en crisis en su época de estudiante  de Andrea del Sarto–, luego sus creaciones experimentan un cambio hacia lo fúnebre y turbador tras vivir en carne propia el terrible saqueo a Roma por las tropas de Carlos V en 1527; hasta su muerte según Vasari a causa de un suicidio en 1540 por supuestas calumnias, hoy sigue siendo un enigma. Su verdadero nombre fue Giovanni Battista di Jacopo.
Entre sus obras se encuentran los detalles decorativos de la Galería de Francisco I, rey de Francia, en el Castillo de Fontainebleau en 1530. De esta etapa son sus estucos y frescos considerados por muchos como el anticipo al barroco por lo refinado y tornadizo de sus figuras. Sagrada Familia o Alegoría de la salvación, expuesto en el LACMA de Los Ángeles, Estados Unidos; el mural La Asunción de la Virgen, en la iglesia de la Santissima Annunziata de Florencia (1517); Retrato masculino actualmente en la National Gallery de Washington, Estados Unidos, y en la Galería Uffizi de Florencia Las hijas de Jetró –en esta obra, perteneciente a su etapa de trabajo en su ciudad natal, se advierte un influjo del estilo de Miguel Ángel–.
La iglesia Santa María della Pace exhibe dos frescos del Rosso, que evidencian su paso por Roma: La creación de Eva y El pecado original (1524). Mientras en el Museo del Louvre de París se exhibe una de sus últimas piezas y a su vez considerada obra maestra del Rosso, La Piedad, pintada para Ana de Montmorency.
Otra de sus obras maestras son: El Descendimiento –actualmente se encuentra en la Pinacoteca Comunale de Volterra–, es una de sus creaciones emblemáticas y en la que se resume el estilo pictórico de este importante artista: las constantes alusiones al sufrimiento humano, sus composiciones contrastantes en las que se entrecruzan el jolgorio y el dramatismo, también aplicado al uso del color: rojos cálidos sobre fondos azules frívolos que representan los cielos; la expresión superlativa en la deformación de los rostros; el vértigo, atribuyen una legitimidad a sus pinturas.

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