René Magritte


Uno de los pintores surrealistas reconocido por sus provocativas e ingeniosas imágenes con las que pretendía cambiar la percepción del espectador sobre la realidad ―y lograr una relación hipersensorial con su contexto―, fue el belga René François Ghislain Magritte (n. 21 de noviembre de 1898, en Lessines, Bélgica - 15 de agosto de 1967, en Bruselas, Bélgica). Algunos estudiosos consideran que Magritte dio al movimiento surrealista una nueva significación a través de la conceptualización de una iconografía ambigua y su significado a través de la semántica, dinamitando con ello las fronteras entre el objeto real y el pintado. Estudia en la Academia de Bellas Artes de Bruselas.
Sus comienzos en la pintura es impresionista, aunque también se asoman a sus obras el orfismo, el cubismo, el purismo y el futurismo, especialmente en la temática de sus obras en el período 1920-1924: la vida moderna, la utilización de colores brillantes y sus incursiones en la forma tridimensional con la superficie plana del cuadro. Todo cambia radicalmente en 1926 tras su encuentro con la obra de Chirico, específicamente La canción de amor. Entonces aparecen, de su autoría: La túnica de la aventura (1926), El asesino amenazado (1926) ―aquí se advierte influencia de Chirico y los decorados de los primero melodramas del cinematógrafo―.
A finales de la década del 20, Magritte se establece en París; y participa en las actividades de un grupo surrealista al que pertenecen Dalí, Miró y Breton. A través de sus creaciones, Magritte aporta un resurgimiento del Ilusionismo al surrealismo francés. Es irónico, agudo y rebelde. De esta etapa es su “realismo mágico”, con la contradicción semiótica-semántica y las relaciones naturaleza-ilusión, presente en obras como La perfidia de las imágenes (1928-1929); El espejo falso (1928); Los paseos de Euclides (1955). En la década del 30 expone en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas y en la galería Julien Levy de Nueva York (1936); su obra aparece en Arte fantástico, Dadá, Surrealismo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en Estados Unidos. Diez años después incursiona en el impresionismo, para luego explorar en el fauvismo; pero la crítica le es hostil por lo que realiza un giro hacia la génesis: desarrolla figuras y paisajes surrealistas transformados en piedra.  Los sesenta disfrutan asiduamente de su arte en la galería Dietrich de Bruselas; realiza murales en Bélgica. Es su etapa de esplendor: galería Alexander Iolas de Nueva York, París y Ginebra; retrospectivas de su obra en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas, en el Museo de Arte Contemporáneo de Dallas, el de Bellas Artes de Houston y el de Arte Moderno de Nueva York.
La muerte lo sorprende en Bruselas luego de inaugurar una importante muestra en el Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam.

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