Bernardino di Betto (Pinturicchio)




(Perugua, 1454 – Siena, 1513)

Pintorucchio, seudónimo por el cual se conoce a Bernardino di Betto, fue uno de los grandes pintores umbros del quatroccento italiano. Colaborador y alumno del pintor Pietro Perugino, en un primer momento, siguió las características de la obra de su maestro. Rápidamente desarrolló un estilo propio, de marcado carácter narrativo y anecdótico.

Sus obras se caracterizan por una expresión refinada y un gusto por la ornamentación, el cual tomó de la estética miniaturista. El amor por los detalles y la inclinación hacia los colores vivos y esmaltados (oro, azul marino y rojos brillantes), son constantes en la estética de Pinturicchio. A ello se suma el interés por los escenarios amplios, y una disposición por plasmar el movimiento, mayor que la de su maestro Perugino.
Entre los temas que trabajó estuvieron tanto los religiosos, como los históricos y alegóricos. Sus personajes lucían lujosamente ataviados, y ponían de manifiesto la capacidad del pintor para realizar retratos de alta calidad. En sus piezas, asimiló la cultura pictórica del renacimiento, con una marca personal que tenía mucho de goticista. Por ello ha de considerarse muchas veces como uno de los grandes artistas del renacimiento, aun anclado en el gótico internacional, quien, sin embargo, hizo propios los elementos del lenguaje formal de sus contemporáneos.

Además de frescos, realizó pintura sobre tabla, las cuales se encuentran en varios museos de Europa, como la Galería Nacional de Umbria (Perugia) y el Museo de Bellas Artes de Valencia (España). Entre 1481 y 1483 trabajó con Perugino en la Capilla Sixtina, pintando los frescos del Bautismo de Cristo y el Viaje de Moisés a Egipto. A partir de 1486 creó las Historias de San Bernardino para la iglesia romana de Santa Maria de Aracoeli. En 1505 decoró la Biblioteca Piccolomini en la Catedral de Siena, con la Coronación de Pío III e Historia de Pío II; y, alrededor de 1509, realizó una Natividad en Santa Maria del Popolo. Entre 1492 y 1494 decoró la Sala de los Santos en las Estancias Borgia del Vaticano, por encargo del Papa Alejandro VI. En 1501 pintó los frescos la Anunciación, la Natividad y la Discusión con los doctores, en la capilla Baglioni de Santa Maria Maggiore en Spello. Otras de sus piezas fueron su famosa obra El Encuentro del Emperador Federico III con su Prometida Leonor de Portugal; la Ancona de Santa Maria dei Fossi; la Madonna de la Paz; y la Madonna con el Niño y Giovanni Borgia.

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