Domenico Ghirlandaio (Domenico Bigordi)


Mentor del genial Miguel Ángel, a quien introdujo en el arte, el pintor del Quatrocentto italiano Ghirlandaio (1449 - 1494), está considerado por el valor artístico de su obra como superior a todos sus precursores y contemporáneos. Su nombre aparece en la nómina de los más grandes artistas del Renacimiento italiano junto a Giotto, Masaccio, Filippo Lippi y Botticelli, algo sorprendente en un creador que nunca utilizó la pintura al óleo, ejecutó con maestría la gama cromática en los frescos y se destacó por un excelente uso de los claroscuros. Sus estudios y dibujos tienen gran vigencia gráfica, y se encuentran expuestos en la Galería de los Uffici.
Ghirlandaio, apodo que significa fabricante de guirnaldas, por el oficio de su padre, se llamó Domenico Bigordi o Domenico Curradi. Fue básicamente un dibujante, “pintar se corresponde a dibujar”, decía; la dureza del contorno de sus dibujos advertía sus inicios en la escultura en bronce; pionero en llevar una mezcla de arte sacro y profano al arte florentino. Hombre insatisfecho y voraz trabajador, admitía cualquier encargo aunque no se consideraba ambicioso. Giorgio Vasari aseguraba que fue el primero en eliminar el uso del dorado en sus obras, lo cual acentuaba el realismo, aunque hay excepciones como Adoración de los Pastores (expuesta en la galería de la Academia de Florencia).
En los últimos años de su vida se convirtió en el pintor más hábil de su tiempo, a pesar de la brevedad de su existencia  tuvo una obra numerosa y de gran calidad en frescos, mosaicos, retratos y las tablas de altar. No dedicó especial interés al desnudo, realizó muy pocos como Vulcano y sus ayudantes que forjan los Rayos.
Sus frescos más importantes son: San Jerónimo (iglesia de Ognissanti, 1480), Última cena (Convento de San Marcos, 1480), la notable Apoteosis de San Zenobio (Sala de los Lirios, Palacio Vecchio, entre 1481 y 1485) denominada obra “metafísica”, Cristo que nombra a Pedro y Andrés sus apóstoles (decoración mural de la Capilla Sixtina, 1483) convocado por el Papa Sixto IV. Los de mayor relevancia: los que abordan la vida de San Francisco en la Capilla Sassetti en la iglesia de Santa Trinidad, en tres episodios principales San Francisco recibiendo del papa Honorio III la aprobación de la regla de su orden, La muerte y exequias de San Francisco y La resurrección por intercesión del santo de un niño de la familia Spini, junto a los de la Catedral de Santa María de Novella.

En sus frescos aparecían importantes personajes de la época: Ángel que se aparece a Zacarías, Anunciación de Ana e Isabel, Prendimiento de Joaquín en el Templo, Retrato de Giovanna Tornabuoni.
Tablas de altar ejecutadas a tempera: Virgen adorada por los santos Zenobio, Justo y otros, Cristo en la Gloria con Romualdo y otros santos, Adoración de los Magos.

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