Giotto di Bondone



(Colle de Vespignano, 1267 - 1337)

Conocido como el artista más representativo del Trecento italiano, Giotto di Bondone impulsó la evolución de la pintura gótica y fue el primero en abandonar las tradiciones bizantinas, dentro de la escuela florentina de pintura. Su innovación estuvo en la búsqueda del espacio en la composición de las escenas, lo cual solucionó en algunas ocasiones, con grandes dotes de imaginación.

Como era usual en el período, su pintura fue eminentemente religiosa. En sus obras introdujo, como temas representacionales, a nuevas iconografías religiosas, vinculadas a los franciscanos, y otras de carácter profano, lo cual en su momento fue de suma osadía. Entre sus contemporáneos es conocido como un reformador, destacando por el realismo y las formas tomadas del natural.

Colaboro en la realización de obras para la Iglesia Superior de la Basílica de Asís entre 1293 y 1300. Durante estos años realizó la Leyenda de San Buenaventura (1296 -1300), por la cual alcanzó gran fama. En ella introdujo las escenas El sueño de Inocencio III (1300) y Expulsión de los demonios de Arezzo (1290-1300). Por estos años, también, realizó un Crucifijo (1290-1295) para la Iglesia Santa Maria Novella (Florencia).

Sus representaciones de figuras monumentales se caracterizaron por marcar la pauta de una representación del dolor más humanizada. Esto, junto a su concepción espacial, se ratifica en la Capilla Scrovegni, en la cual se conjugan la realidad y una manera de representar casi escenográfica (Matanza de los inocentes, 1302-1305). En otras de sus escenas es el dramatismo el que se erige como protagonista.

En Florencia tuvo lugar su periodo de madurez. En 1320 trabajó, por encargo privado, en la decoración de la Capilla Peruzzi. Allí narró tres historias de San Juan Bautista (Anuncio de Sacarías, Nacimiento y Festín de Herodes), y otras tres de San Juan Evangelista (San Juan en Patmos, Resurrección de Drusiana y Ascensión). En ellos se aprecia una teatralidad en la relación entre figuras y motivos arquitectónicos, que el artista supo explotar.
El otro gran encargo fue el de la Capilla Bardi (1935), en la cual realizó varios episodios de la vida de San Francisco (santos franciscanos, alegorías de la Castidad, la Pobreza y la Obediencia, así como la escena de La renuncia a los bienes, son los motivos que se pueden encontrar).

Realizó también otras obras, de carácter mariano (Madonna en Majestad o Madonna de Ognissanti, 1310). Ya aquí presenta una perspectiva tridimensional que diferencia su cuadro del de Cimabue (pintor florentino), de mismo título. Esta composición es considerada como una de las obras maestras de Giotto, pues, desde el punto de vista iconográfico supuso una gran novedad respecto a las Majestades del siglo XIII. Las figuras se establecen una a una en profundidad, desde los ángeles arrodillados hasta la Virgen entronizada.

Su estilo fue repetido por sus seguidores. Sus obras están atesoradas en las iglesias donde las realizó y en colecciones como la de la Galería Uffizi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario