Henri Matisse


Uno de los grandes artistas parisinos del siglo XX, dibujante, grabador, escultor pero principalmente pintor –célebre por el uso del color y la originalidad y fluidez de sus dibujos-, fue Henri Matisse (31 de diciembre de 1869 - 3 de noviembre de 1954). Figura central del arte moderno, en sus inicios se identificó con el fauvismo, autor de una prolífera obra está considerado junto a Pablo Picasso los más importantes de la pasada centuria.
Su itinerario por la diversidad de estilos artísticos lo demuestra en la versatilidad de su obra: comenzó estudiando dibujo del más tradicional (obra El tejedor bretón), aún convaleciente de una enfermedad que lo arrojó a los brazos de la pintura. Recibe cursos en el taller del pintor simbolista Gustave Moreau. Animado por los aires impresionistas de la época, pinta paisajes de Córcega y de la Costa Azul, aunque practicó el divisionismo. Entonces tenía como discípulo a su amigo pintor japonés Yoshio Aoyama, a quien se le debe en la historia del arte el término “azul Aoyama”.
Luego sigue a Cézanne, su influencia se denota en la obra de Matisse. Más tarde llegaría la eliminación de detalles, la simplificación: el fauvismo; logrando obras inspiradoras de paz y armonía (Lujo, calma y voluptuosidad o El marinero de la gorra) o con un ritmo característico como Las alfombras rojas en los que tradujo a su manera la forma de los objetos y el espacio existente entre ellos, además de introducir arabescos.  Amén de su cuidado en la composición, sus colores denotan cierta sensualidad como un regodeo, rasgos que, junto a la bidimensionalidad (La habitación roja -o Armonía en rojo- y Naturaleza muerta con berenjenas)  en la que juega con la profundidad de campo, identifican sus obras.
Su acercamiento a la estética oriental se debe a un viaje a España: Granada y Sevilla, luego pinta Los marroquíes.  Se asoma al cubismo con El pintor y su modelo, logrando una simplificación mayor. Sus obras más célebres son Ventana en Niza y la serie de Odaliscas, en las que denota su gusto por la ornamentación y el uso de arabescos.
Un estallido de colores en su obra se advierte hacia la década de los 40, con la realización de gouaches como La blusa rumana, en el Gran interior rojo y en la serie Jazz.
Colaboró para revistas especializadas de arte escribiendo artículos; realizó alrededor de 500 piezas de grabado entre litografías, xilografías y agua fuertes. Trabajó el bronce en la escultura.  Su obra cumbre de simplificación de las formas planas está en la decoración de la capilla del Rosario de las dominicas de Venze.
Una parte de su obra está atesorada en Niza, en el Museo Matisse.

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