Giorgio de Chirico


Grandes artistas de la plástica como Salvador Dalí, Max Ernst y René Magritte han reconocido la influencia del pintor Giorgio de Chirico  (Volos, Grecia; 10 de julio de 1888 – Roma; 20 de noviembre de 1978) en su obra, especialmente en el movimiento surrealista. Fundador de la squola metafísica (se advierte, en su estancia alemana, la influencia de los artistas simbólicos Arnold Böcklin y Max Klinger, y de la filosofía de Nietzche), estilo que signó después una etapa parisina muy importante en su trabajo –entre 1909 y 1914– denominado período metafísico, el de mayor reconocimiento por la introducción de novedosas formas y temas: ambientes lúgubres y angustiosos. El enigma de una tarde de otoño y El enigma del oráculo fueron las primeras obras de la serie Plaza metafísica.
Al principio de su carrera, el artista concentró su atención en vistas urbanas inspiradas en localidades costeras como Florencia y Turín, –se destaca el predominio de elementos arquitectónicos: arcadas y plazas, e interesantes proyecciones de sombras– hasta que, de manera gradual, se adentró en habitaciones abarrotadas de objetos y en las que convivían solo maniquíes; sin presencia humana. Eran representaciones de habitaciones abiertas hacia el exterior, en las que indistintamente aparecía una obra dentro de la misma obra –estilo que signaría al surrealismo después–; logrando con ello transmitir sensaciones de calma, silencio, de espacio atemporal. Las representaciones icónicas –con varios errores técnicos– son violentadas, arrancadas de su espacio y contexto para ser manipuladas tanto en tamaño como en proporciones; con el objetivo de que quien la observe crea él mismo el sentido de lo que representó el artista. De esta etapa son las obras: La gran torre (1912); La incertidumbre del poeta (1913); Cántico de amor (1914); La conquista del filósofo (1914); Melancolía otoñal (1915); Las musas inquietantes (1916); El gran metafísico (1917); Interiores metafísicos (1916-1918)

Su obra fue alabada por el escritor Guillaume Apollinaire y por Yves Tanguy, quien aseguró haberse adentrado en las artes plásticas luego de disfrutar una obra de Chirico. En 1925 publicó su novela Hebdómero, el Metafísico. Su alistamiento en la Primera Guerra Mundial, en 1915, marcó un giro total en su estilo el cual cambiaría por el realismo, poniéndole fin al período metafísico; luego, tras una experiencia en Italia, pinta Piazza souvenir de Italia (1925). Es la etapa posguerra y la llamada “vuelta al orden” establece un carácter realista, detallista, a las obras pictóricas. Varios artistas surrealistas y críticos se decepcionan de Chirico, su alejamiento de la metafísica lo condena en los circuitos vanguardistas de la época. Otras obras de esta época son: Villas romanas (1922); Piazza souvenir de Italia (1925); La tragedia y la comedia (1926); Dos figuras mitológicas (1927).

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