Claudio Gellée o Claudio de Lorena (1600-1682) es considerado como el intérprete más fiel del género del paisaje en el escenario de la pintura francesa del siglo XVII. Este pintor francés, establecido en Italia, trabajó, de joven, casa del pintor Agostino Tassi, quien descubrió sus dotes para el dibujo. Posteriormente pasó a formar parte del taller del flamenco Goffredo Wals, en Nápoles. La luz de esta ciudad, sus ambientes y sus colores, lo marcaron a él y a su obra de por vida. Su obra se inserta dentro de una tendencia más clasicista del arte barroco.
Hacia 1630, Claudio de Lorena poseía un estilo propio y una marcada reputación. La magia del paisaje italiano, así como de los puertos de Nápoles y Capri sirvieron de pretexto al pintor para llevar a cabo composiciones de acentuado lirismo. En sus piezas la luz fue fundamental a la hora de crear escenas y atmosferas idealizadas. Sus composiciones eran reconocidas por la monumentalidad y serenidad que complementaban lo idílico de la espacio.
Entre los temas que trabajó se encuentran los asuntos mitológicos así como las composiciones basadas en los clásicos del mundo antiguo. Igualmente en ellas ponía de manifiesto su capacidad majestuosa para representar paisajes. Pero su maestría la desarrolló en este último género, el cual ambientó en ocasiones con figuras y motivos religiosos.
La metodología de este artista fue la observación directa de la naturaleza. La calidad de su obra estuvo dada por la belleza de la ejecución, el detalle de la pincelada, y la abundante paleta cromática.
En el siglo XIX su obra cobraría un especial protagonismo entre románticos ingleses y franceses. Entre sus obras más conocidas se encuentran Puerto con la Villa Medici (1637), Puerto con el desembarco de Cleopatra en Tarso (1642-43), Paisaje con pastores (1645-46), Paisaje con la boda de Isaac y Rebeca (1648), Ariadna y Baco en Naxos (1656), Paisaje con Psique en el exterior del palacio de Cupido (1664), Paisaje nocturno con la lucha de Jacob y el ángel (1672), Vista de Cartago con Dido y Eneas saliendo a cazar (1676), Paisaje con Ascanio asaeteando el ciervo de Silvia (1682), y Paisaje con Noli Me Tangere (1681). Sus piezas se encuentran en importantes colecciones de instituciones como la National Gallery of Art de Washington, la Galería de los Uffizi (Florencia), el Museo del Prado (Madrid), el British Museum (Londres), la National Gallery de Londres, el Museo del Louvre (París) y el Museo Metropolitano de Nueva York.
Biografías de pintores famosos en la historia del arte y sus obras más importantes.
Thomas Gainsborough
(Sudbury, 1727 - Londres, 1788)
Este pintor inglés, es considerado uno de los maestros más grandes del retrato y el paisaje en la pintura. Desde su temprana incursión en el taller del grabador Gravelot, fue desarrollando una habilidad que se complementaría en el estudio del pintor Francis Hayman, con el cual colaboró en las decoraciones pictóricas de los Vauxhall Gardens.
Gainsborough se interesó vivamente por la obra de los paisajistas holandeses del período barroco. Fruto de esta formación devendrían sus primeros paisajes. Posteriormente, desarrolló temas como los paisajes idílicos sobre la ciudad de Suffolk, y numerosos retratos con cierto aliento romántico.
Una de las preocupaciones estéticas del artista fue la plasmación de una serie de efectos lumínicos que empleó en obras como Figuras junto al río o Bosque de Gainsborough. Estas y otras obras insertas en el género paisajístico se caracterizaron por los efectos pintorescos y las atmosferas de alientos poéticos que magistralmente supo desarrollar. Sin embargo, el prestigio que alcanzó este pintor fue más por sus retratos que por sus paisajes. En cada una de sus piezas dotó a sus figuras de una elegancia en la que la influencia de Van Dyck no está ausente. También realizó escenas de género como niños mendigos a los que incluía en sus paisajes.
Thomas Gainsborough fue el pintor favorito de la familia real y de la aristocracia británica. Entre sus logros se encuentra la fundación de la Royal Academy. Su obra se caracterizó por una sensibilidad extraordinaria, el gusto por las transparencias, la espontaneidad, la ligereza, el intimismo y la emoción. Todo ello dotó a su trabajo de una indudable belleza formal.
Entre sus piezas más conocidas se encuentran El niño de azul, El Sr. y la Sra. Andrews, El Sr. y la Sra. William Hallett (El paseo matutino), el Retrato de las hermanas Linley, Bosque de Cornard, El abrevadero, Las hijas del pintor persiguiendo una mariposa, y La carreta del mercado. Estas pueden ser apreciadas, en su mayoría, en la National Gallery de Londres, el Museo del Prado de Madrid, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, y la Galería Dulwich de Londres, entre otras.
Este pintor inglés, es considerado uno de los maestros más grandes del retrato y el paisaje en la pintura. Desde su temprana incursión en el taller del grabador Gravelot, fue desarrollando una habilidad que se complementaría en el estudio del pintor Francis Hayman, con el cual colaboró en las decoraciones pictóricas de los Vauxhall Gardens.
Gainsborough se interesó vivamente por la obra de los paisajistas holandeses del período barroco. Fruto de esta formación devendrían sus primeros paisajes. Posteriormente, desarrolló temas como los paisajes idílicos sobre la ciudad de Suffolk, y numerosos retratos con cierto aliento romántico.
Una de las preocupaciones estéticas del artista fue la plasmación de una serie de efectos lumínicos que empleó en obras como Figuras junto al río o Bosque de Gainsborough. Estas y otras obras insertas en el género paisajístico se caracterizaron por los efectos pintorescos y las atmosferas de alientos poéticos que magistralmente supo desarrollar. Sin embargo, el prestigio que alcanzó este pintor fue más por sus retratos que por sus paisajes. En cada una de sus piezas dotó a sus figuras de una elegancia en la que la influencia de Van Dyck no está ausente. También realizó escenas de género como niños mendigos a los que incluía en sus paisajes.
Thomas Gainsborough fue el pintor favorito de la familia real y de la aristocracia británica. Entre sus logros se encuentra la fundación de la Royal Academy. Su obra se caracterizó por una sensibilidad extraordinaria, el gusto por las transparencias, la espontaneidad, la ligereza, el intimismo y la emoción. Todo ello dotó a su trabajo de una indudable belleza formal.
Entre sus piezas más conocidas se encuentran El niño de azul, El Sr. y la Sra. Andrews, El Sr. y la Sra. William Hallett (El paseo matutino), el Retrato de las hermanas Linley, Bosque de Cornard, El abrevadero, Las hijas del pintor persiguiendo una mariposa, y La carreta del mercado. Estas pueden ser apreciadas, en su mayoría, en la National Gallery de Londres, el Museo del Prado de Madrid, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, y la Galería Dulwich de Londres, entre otras.
Charles Le Brun
(París, 1619 – París, 1690)
Charles Le Brun fue el máximo representante de la pintura académica que surgió en las últimas décadas del siglo XVII en Francia, cuya proyección era, prácticamente, cortesana. Este artista y teórico francés, fue el pintor del rey Luis XIV y precursor del estilo del mismo nombre en la corte y todo el país. Sus ideas artísticas hallaron eco en los palacios y la Academia. De esta última fue secretario, canciller y finalmente director.
Le Brun adquirió su madurez estilística con una pintura clasicista y elegante. Su poder de organización fue celebrado por más de uno de los maestros de la época. A pesar de que presentó influencias de grandes pintores, su estilo se fue haciendo más personal y auténtico. Transmitió a las tendencias nacionales una dirección que perduró durante los siglos posteriores.
Las mayores ceraciones de Le Brun, como pintor decorador, se encuentran en Versalles, donde consiguió conjuntos de exquisita factura como la Galería de los Espejos, el Salón de Hércules y los Salones de La Paz y la Guerra.
Este pintor destacó como gran retratista. Promovió el desarrollo de las artes industriales. Y también realizó diversas series de cartones para tapices, entre los que destacan La historia del Rey, la de Los Meses y la de Las Casas Reales. De sus obras pictóricas resalta la serie Darío y Alejandro. En ella se manifiesta el giro que iba a cobrar el arte oficial francés con el repudio del heroísmo que representaba Poussin y el fervor por el nuevo pintoresquismo, que llegaba desde la inspiración de Giulio Romano. No obstante, en sus obras de caballete, principalmente, los retratos, quedaba presente el elegante eco de los grandes pintores del género en la escuela flamenca, como, por ejemplo, Van Dyck.
Entre sus obras más conocidas se encuentran El canciller Séguier, Luis XIV adorando a Cristo resucitado, La adoración de los pastores, La Magdalena, Cristo en el desierto, Crucifixión, El sueño del niño Jesús e Historia de Alejandro Magno. Ellas se pueden encontrar en el Museo del Louvre y la colección real de Mónaco, principalmente. Estas piezas muestran una paleta cromática no excesivamente rica, y concebida en función del dibujo, que siempre dominaba sobre el color.
El número de obras que realizó para la iglesia y patrones privados fue bastante considerable. En la última etapa de su vida se aparta de los cánones académicos que en u obra inicial había cultivado, y realiza composiciones religiosas en las que utiliza la luz y el claroscuro para crear obras de gran sensibilidad
Canaletto
(Venecia, 1697- Venecia, 1768)
Giovanni Antonio Canal, conocido como Canaletto, fue un pintor italiano que s einsertó dentro del estilo rococó de la pintura. tras un viaje a Roma, contactó con la obra de pintores romanos, lo que dio pie al comienzo de una serie de paisajes en los que combinó, como punto de partida, sus conocimientos de las pinturas de su coterráneo Luca Carlevarijs y del holandés Gaspar Vanvitelli.
De vuelta a Venecia, contó inmediatamente, y gracias a sus relaciones con personajes de la época, con un mercado seguro y sólido entre los aristócratas y banqueros londinenses. Incluso el rey Jorge III adquirió una numerosa colección de obras de este artista, la cual aún se conserva en el castillo de Windsor. Este éxito posibilitó que se trasladara al país anglosajón.
Entre los temas que representó, lo marcó fuertemente el paisaje urbano. En Inglaterra, Canaletto captó lo más característico del nuevo Londres: los puentes y el perfil aristocrático de la ciudad. El pintor se complació en recrear los detalles locales, sin disminuir la grandiosidad de sus conjuntos. Su forma de componer núcleos urbanos resulta habilidosa por la armonía en la distribución de las áreas y las perspectivas. Fue amante de representar reflejos, así como fue un gran realizador de verdaderas escenografías compositivas. Su gusto por el paisaje idealizado reflejó su concepción personal de la realidad, separándose del decorativismo barroco.
Sus obras pueden ser divididas en paisajes y vistas, costumbres e historia, interiores y dibujos y grabados. Entre ellas se encuentran Gran Canal, vista Este desde el Campo San Vio, Piazza San Marco con la Basílica, Gran Canal: Desde Santa Maria della Carità al Bacino di San Marco, La fiesta de San Roque, Regata en el Gran Canal, Entrada al Gran Canal: Vista Este, Londres: Casa de Northumberland, Estudio de figuras, y El interior de la Basílica. Estas y otras pueden ser encontradas en colecciones de importantes instituciones como el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, la National Gallery de Londres, el Pushkin Museum de Moscú, la Gemäldegalerie de Berlín, y la Colección Real de Windsor (Inglaterra), entre otras.
Giovanni Antonio Canal, conocido como Canaletto, fue un pintor italiano que s einsertó dentro del estilo rococó de la pintura. tras un viaje a Roma, contactó con la obra de pintores romanos, lo que dio pie al comienzo de una serie de paisajes en los que combinó, como punto de partida, sus conocimientos de las pinturas de su coterráneo Luca Carlevarijs y del holandés Gaspar Vanvitelli.
De vuelta a Venecia, contó inmediatamente, y gracias a sus relaciones con personajes de la época, con un mercado seguro y sólido entre los aristócratas y banqueros londinenses. Incluso el rey Jorge III adquirió una numerosa colección de obras de este artista, la cual aún se conserva en el castillo de Windsor. Este éxito posibilitó que se trasladara al país anglosajón.
Entre los temas que representó, lo marcó fuertemente el paisaje urbano. En Inglaterra, Canaletto captó lo más característico del nuevo Londres: los puentes y el perfil aristocrático de la ciudad. El pintor se complació en recrear los detalles locales, sin disminuir la grandiosidad de sus conjuntos. Su forma de componer núcleos urbanos resulta habilidosa por la armonía en la distribución de las áreas y las perspectivas. Fue amante de representar reflejos, así como fue un gran realizador de verdaderas escenografías compositivas. Su gusto por el paisaje idealizado reflejó su concepción personal de la realidad, separándose del decorativismo barroco.
Sus obras pueden ser divididas en paisajes y vistas, costumbres e historia, interiores y dibujos y grabados. Entre ellas se encuentran Gran Canal, vista Este desde el Campo San Vio, Piazza San Marco con la Basílica, Gran Canal: Desde Santa Maria della Carità al Bacino di San Marco, La fiesta de San Roque, Regata en el Gran Canal, Entrada al Gran Canal: Vista Este, Londres: Casa de Northumberland, Estudio de figuras, y El interior de la Basílica. Estas y otras pueden ser encontradas en colecciones de importantes instituciones como el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, la National Gallery de Londres, el Pushkin Museum de Moscú, la Gemäldegalerie de Berlín, y la Colección Real de Windsor (Inglaterra), entre otras.
Giuseppe Arcimboldo
(Milán 1527 – Milán, 1593)
Estuvo al servicio de los Habsburgo entre los años 1560 y 1587. Se supone que trabajó también en la Italia meridional y que tuvo un taller propio y discípulos en Roma. En 1562 se convirtió en retratista de corte de Maximiliano II en la corte Habsburgo de Praga. Fue también el decorador de corte y diseñador de trajes. El rey Augusto de Sajonia, que visitó Viena en 1570 y 1573, vio la obra de Arcimboldo y le encargó una copia de sus Cuatro estaciones, la cual incorporara sus propios símbolos monárquicos. En Praga trabajó también para Rodolfo II (emperador desde 1576 hasta 1612) en su corte de Praga y se le considera el «Leonardo da Vinci» de la corte bohemia, diseñador de aparatos hidráulicos milagrosos y de instrumentos musicales fantásticos.
Para el desarrollo de su obra solamente le interesó la decoración. Su obra convencional, consistente en pinturas tradicionales del género religioso, cayó en el olvido. No ocurrió lo mismo con sus «caprichos» alegóricos, cuadros en los que las naturalezas muertas, los conjuntos florales, frutas, mariscos o peces, crean figuras simbólicas. Sus estos retratos de cabezas humanas hechas de verduras, frutas y raíces, fueron muy admirados por sus contemporáneos, y aún hoy suscitan fascinación.
Entre sus piezas más famosas se encuentran sus diseños para vidrieras que incluyen la Historias de Santa Catalina de Alejandría (a partir de 1549) en la catedral de Milán; sus series de las Estaciones o de los Elementos (1563 y 1566); El bibliotecario (1566); su Autorretrato (hacia 1575); y el Retrato del emperador Rodolfo II (1590).
Sus creaciones pueden encontrarse en el Kunsthistorisches de Viena, en el Castillo de Ambras en Innsbruck, el Louvre en París, así como en varios museos de Suecia. En Italia, su obra está en Cremona, Brescia, y en la Galería de los Uffizi de Florencia. El Wadsworth Atheneum de Hartford, Connecticut, el Museo de Arte de Denver, Colorado y el Candie Museum en Guernsey también tienen pinturas de Arcimboldo. En España, se encuentra un solo cuadro de Arcimboldo: La Primavera, de un grupo de las Cuatro Estaciones (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid).
Hans Holbein el joven
(Augsburgo, Alemania, 1497 – Londres, Inglaterra, 1543)
Pintor alemán, conocido a gran escala por sus retratos, Hans Holbein es considerado uno de los maestros del renacimiento. Trabajó como ilustrador, grabador, miniaturista, diseñador de vidrieras y joyas, y pintor de escenas religiosas. Sin embargo, es en el mundo del retrato donde alcanza la fama, pues, con sus nuevas concepciones, abrió caminos a seguir por los pintores ingleses y de los Países Bajos, de siglos posteriores.
Su estilo se caracterizó por la simplicidad de las líneas, la serenidad y la nobleza visual de las figuras italianas. Entre sus influencias estuvieron Leonardo Da Vinci y Andre Mantegna, de los cuales adquirió el modelado y la composición de sus primeros retratos.
Su período de madurez se desarrolló cuando fue declarado pintor de la corte inglesa de Enrique VIII. Allí alcanzó fama por sus retratos de personalidades como las esposas del rey: Juana de Seymour y Ana de Cléves, así como el estadista Thomas Cromwell. Anteriormente, realizó retratos importantes como el de Erasmo de Rotterdam (1523), que destacó por la disposición de la figura y el trabajo con las luces y sombras. El interés por las texturas, los detalles y la ornamentación, dotó a su obra de un gran realismo. Ello mostró, no solo su interés por la figura humana, sino la gran habilidad del artista.
Entre los aportes que realizó estuvo la anticipación de lo que sería el retrato de grupo en un futuro (Tomás Moro y su familia). A su vez, con Retrato del príncipe de Gales insertó algunas de las pautas de las abundantes pinturas de niños del arte posterior.
Sus obras más conocidas son Retrato de Erasmo (1523), Los embajadores (1533), Retrato de Enrique VIII (1534-1536). También realizó encargos religiosos como su apreciado Cristo muerto (1521), La Pasión (1524-1525), y La Virgen del burgomaestre Meyer (1526). Entre los libros que ilustró se encuentran Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam, y también diseñó una serie de xilografías para la traducción alemana de la Biblia de Martín Lutero. Estos últimos destacaron por el dibujo minucioso y la precisión propia que demandan los temas religiosos.
Sus obras se encuentran en numerosos países. Las atesoran instituciones como el Museo del Louvre (París), el Museo de Arte de Basilea (Suiza), el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España), el Staatliche Museen de Berlín (Alemania), la National Gallery de Londres (Inglaterra), la Galería Uffizi (Florencia), y el Palacio del Gran Duque de Darmstadt (Alemania). La colección real del castillo de Windsor (Londres) posee 87 de los dibujos realizados por Holbein, y su Retrato de Tomás Moro se halla en la Colección Frick (Museo de arte de Manhattan, Nueva York).
Jacob Jordaens
(Amberes, 1593 – Amberes, 1678)
Este artista barroco flamenco, fue un pintor dibujante y grabador, considerado el último gran maestro de la pintura barroca en los países bajos. A pesar de su talento, alcanzó la fama tras la muerte de los pintores Pedro Pablo Rubens y Anton van Dyck, con quienes tuvo contacto y colaboró. De ellos, se aprecia una gran influencia en su obra, aunque su pintura se diferencia de la de estos pintores por su estilo mucho más expresivo y sensual.
Colaboró con Rubens en la serie de los diversos modelos para tapices que le encargaron al maestro, así como en el conjunto de obras para la Torre de la Parada, cometido de Felipe IV. Posterior a 1641 se convirtió en el primer pintor de la corte por un notable período de tiempo. Más tarde, pasó a estar bajo la disposición de la reina Cristina de Suecia.
Jacobo Jordaens fue el discípulo de Rubens que mejor representó el espíritu nacionalista flamenco. Su arte fue un verdadero testimonio grafico de la época. Recogió, admirablemente, tipos, costumbres y paisajes. Y, como artista barroco, llevó al límite el gusto del estilo por la acentuación del color (blancos luminosos y rojos marcados), el abigarramiento de las formas y las exageraciones de los gestos de los personajes.
Con la ayuda de sus discípulos, pintó obras de gran formato con un marcado gusto por los detalles. Los temas que abordó fueron el religioso y el laico. Dentro de este último puso su atención en las fiestas, los banquetes y las escenas cortesanas.
Entre sus obras más destacadas están Autorretrato con su familia, El rey bebe, La familia de Jordaens en un jardín, Pan tocando la flauta, Los cuatro evangelistas, La Sagrada Familia con un ángel, y La Piedad. Estas y otras pueden encontrarse en el Museo del Prado, el Museo del Louvre, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, y el Palacio de Liria de Madrid.
Jasper Johns
(Gerogia 1930)
Considerado uno de los más importantes e influyentes renovadores del arte postmoderno, Jasper Johns fue un pintor, artista gráfico y escultor estadounidense que por su actitud y concepciones, es conocido como neodadaísta. Uno de sus principales aportes fue el cuestionamiento de los límites del arte y de la representación, pues consideró que no era la técnica lo que hacía a la obra, sino la idea y la propuesta discursiva del artista.
Durante su paso por la Parsons School of Design de Nueva York, conoció a importantes artistas del momento como Robert Rauschenberg, Merce Cunningham y John Cage, con los cuales comenzó a realizar sus primeros trabajos. Hacia 1955, casi contemporáneamente con Rauschemberg, Johns inició su etapa creadora con su famosa serie de banderas (Bandera sobre un campo naranja, 1957) y blancos de tiro o dianas (Target, 1958). Para este período también utilizó letras de imprenta y números para llenar sus lienzos a totalidad. El artista convertía al cuadro en un objeto dentro del cual no había ningún espacio que aludiera a la realidad, al que hubiese que describir. Sin embargo, tanto las banderas como las dianas eran un fragmento extraído del entorno circundante. Lo que pretendía expresar era la sublimidad de la tela como superficie pictórica y objeto al mismo tiempo.
Sus pinturas se caracterizan por la calidad de planos, la objetividad y la precisión. En un comienzo prefirió los grises, pero luego utilizó el color con gran libertad y maestría. Aplicaba capas gruesas de pigmento, de manera que el cuadro se convertía en un objeto. De ahí la denominación de muchas de sus obras como Cuadro-objeto. Sus primeros blancos de tiro estaban combinados con la aplicación de mascarillas de yeso en la parte superior. Tanto en ellos como en sus banderas, utilizó el collage de periódicos y fotografías. Luego, a la manera de Rauschemberg, alternó las pinturas puras con aquellas en que se aplicaban los más variados elementos (reglas, compases, escobas, pinceles, y pelotas, entre otros).
El empleo del objeto sin transformarlo en su obra, provino de la influencia duchampiana que este artista experimentó. Intentaba reproducir al infinito los objetos más comunes y menos aparentemente pictóricos: banderas norteamericanas, blancos de tiros o números tipográficos, latas de cerveza, bombillos o espejuelos, sin destruir la condición que tenían en la realidad, para «enajenar el objeto sin destruir su condición de tal». Para él la pintura no representaba, sino era.
Sus series más conocidas son las de letras y números, banderas y dianas. En ellas prima la superficie pictórica como elemento sensible. A inicios de 1978 expuso en la ciudad de Nueva York un ciclo de cuatro obras tituladas "Las estaciones", consideradas de gran significación para la historia del arte estadounidense. También realizó numerosas esculturas, a modo de ready-made duchampianos.
El contacto con la realidad lo estableció creando un objeto con materiales, técnicas, y requerimientos estéticos que lo sitúan en la esfera del arte. Su aporte fundamental fue el de desatar en los pintores norteamericanos una vinculación con su realidad, apartándose del arte abstracto que se venía haciendo para la fecha.
Expuso numerosas veces en ciudades como New York, Chicago, y Paris, entre otras. Actualmente su obra se puede encontrar en el Metropolitan Mueseum of Art de Nueva York, y el MOMA atesora la mayor colección de pintura de este artista.
Giotto di Bondone
(Colle de Vespignano, 1267 - 1337)
Conocido como el artista más representativo del Trecento italiano, Giotto di Bondone impulsó la evolución de la pintura gótica y fue el primero en abandonar las tradiciones bizantinas, dentro de la escuela florentina de pintura. Su innovación estuvo en la búsqueda del espacio en la composición de las escenas, lo cual solucionó en algunas ocasiones, con grandes dotes de imaginación.
Como era usual en el período, su pintura fue eminentemente religiosa. En sus obras introdujo, como temas representacionales, a nuevas iconografías religiosas, vinculadas a los franciscanos, y otras de carácter profano, lo cual en su momento fue de suma osadía. Entre sus contemporáneos es conocido como un reformador, destacando por el realismo y las formas tomadas del natural.
Colaboro en la realización de obras para la Iglesia Superior de la Basílica de Asís entre 1293 y 1300. Durante estos años realizó la Leyenda de San Buenaventura (1296 -1300), por la cual alcanzó gran fama. En ella introdujo las escenas El sueño de Inocencio III (1300) y Expulsión de los demonios de Arezzo (1290-1300). Por estos años, también, realizó un Crucifijo (1290-1295) para la Iglesia Santa Maria Novella (Florencia).
Sus representaciones de figuras monumentales se caracterizaron por marcar la pauta de una representación del dolor más humanizada. Esto, junto a su concepción espacial, se ratifica en la Capilla Scrovegni, en la cual se conjugan la realidad y una manera de representar casi escenográfica (Matanza de los inocentes, 1302-1305). En otras de sus escenas es el dramatismo el que se erige como protagonista.
En Florencia tuvo lugar su periodo de madurez. En 1320 trabajó, por encargo privado, en la decoración de la Capilla Peruzzi. Allí narró tres historias de San Juan Bautista (Anuncio de Sacarías, Nacimiento y Festín de Herodes), y otras tres de San Juan Evangelista (San Juan en Patmos, Resurrección de Drusiana y Ascensión). En ellos se aprecia una teatralidad en la relación entre figuras y motivos arquitectónicos, que el artista supo explotar.
El otro gran encargo fue el de la Capilla Bardi (1935), en la cual realizó varios episodios de la vida de San Francisco (santos franciscanos, alegorías de la Castidad, la Pobreza y la Obediencia, así como la escena de La renuncia a los bienes, son los motivos que se pueden encontrar).
Realizó también otras obras, de carácter mariano (Madonna en Majestad o Madonna de Ognissanti, 1310). Ya aquí presenta una perspectiva tridimensional que diferencia su cuadro del de Cimabue (pintor florentino), de mismo título. Esta composición es considerada como una de las obras maestras de Giotto, pues, desde el punto de vista iconográfico supuso una gran novedad respecto a las Majestades del siglo XIII. Las figuras se establecen una a una en profundidad, desde los ángeles arrodillados hasta la Virgen entronizada.
Su estilo fue repetido por sus seguidores. Sus obras están atesoradas en las iglesias donde las realizó y en colecciones como la de la Galería Uffizi.
Georges de La Tour
(Vic-sur-Seille, Francia, 1593 – Lunéville, Francia 1652)
Considerado el pintor más famoso de los tenebristas franceses, Georges de La Tour fue un pintor barroco francés de temas limitados y repetitivos, fundamentalmente dentro de lo religioso. Sin embargo, sus piezas alcanzaron una cualidad esencialista que las excluyó de motivos anecdóticos (figurantes, elementos arquitectónicos, o paisajes). Sus cuadros se hicieron famosos por el clima enigmático que desprendían las composiciones.
Este maestro de la luz tuvo claras influencias en las obras del pintor flamenco Gerard van Honthorst y del pintor italiano Caravaggio. Del primero adquirió el empleo de la luz artificial como elemento articulador, así como el gusto por los tonos rojizos y cálidos. La iluminación en sus cuadros tenía un origen visible y concreto (una vela o una antorcha). Del segundo, el trabajo con la luz en general, las sombras y el modelado a base del claroscuro. Se ha señalado también el influjo temprano del dibujante y grabador barroco Jacques Callot, y el contacto con los pintores italianos Carlo Saraceni u Orazio Gentileschi.
Trató escenas de género, y, dentro del tema religioso, las de devoción, siempre manteniendo un mismo estilo. Realizó piezas dedicadas a santos, preferentemente San Sebastian. Se interesó por plasmar a las personas humildes, principalmente figuras femeninas compasivas, reservadas y dignas, curando enfermos o cuidando a sus hijos.
Su estilo es bien reconocido. Sus composiciones equilibradas se dividen en las escenas diurnas y las nocturnas. Las primeras se caracterizan por una luz fría y clara (blancos y morados fundamentalmente), y una pincelada rápida y precisa; mientras que las segundas emplean, por el contrario, la luz artificial, y prescinden del color. En estas últimas, utiliza en ocasiones, simples manchas de color (rojas y amarillas) que daban vida a toda la gama de oscuros.
Georges de La Tour recibió encargos de importantes personalidades como Enrique III (Duque de Lorena), el Duque de La Ferté-Senecterre y Luis XIII. Sus obras más conocidas son Los comedores de guisantes, Anciano, Tocador de zanfonía con perro, Santiago el menor, Riña de músicos, San Jerónimo penitente, San Jerónimo leyendo una carta, El tramposo del as de tréboles, La buenaventura, Tañedor de zanfonía, El soplador de la lámpara, Magdalena penitente (Magdalena Fabius, Magdalena Terff, y Magdalena Wrightsman), La adoración de los pastores, El recién nacido, San Sebastián cuidado por Santa Irene, y Las lágrimas de san Pedro. Sus pinturas se encuentran en importantes colecciones como las del Museo Nacional de Estocolmo, el Museo de Bellas Artes de Nantes (Francia), el Museo de Grenoble (Francia), el Museo del Louvre, el M. H. de Young Memorial Museum (San Francisco), el Museo Toulouse-Lautrec (Albi), el J. Paul Getty Museum (Getty Center de Malibú), el Museo del Prado, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Rennes, y el Museo de Arte de Cleveland, entre otros.
Francesco Primaticcio
(Bolonia, 1504- Fontainebleau1570)
Boloñés llegado a Francia en 1532, Francesco Primaticcio fue un pintor, escultor y arquitecto manierista italiano, que formó parte del grupo llamado Primera Escuela de Fointanebleau. Su obra presenta vestigios de influencia del pintor italiano Francesco Mazzola, así como de Innocenzo da Imola, de quien fue alumno. Se formó con Giulio Romano en Mantua, y de aquí obtuvo el gusto por guirnaldas de frutas y esfinges que se aprecia, en ocasiones, en sus cuadros.
En una primera etapa realizó cartones para tapices y pintó temas alegóricos, que transportan a un mundo voluptuoso. Dio surgimiento a un tipo de desnudo femenino que se ajusta a un canon irreal, denominado estilo belifontiano. Sus figuras eran predominantemente alargadas, en posiciones extrañas, además de cuerpos desnudos excesivamente musculosos, con posiciones inverosímiles y estiramientos exagerados.
Fue pintor de la corte de Enrique II de Francia y su sucesor, Francisco II de Francia. Como parte de la práctica de los artistas cortesanos del siglo XVI, a la cual no se vio ajeno, creó decoraciones para los bailes y mascaradas. De ellas se de los que sólo se atesoran hoy los bocetos y algunos grabados.
Gran parte de su obra se destruyó o dañó irremediablemente. Entre las que pueden ser atribuidas a su nombre se encuentran el Pabellón de Pomona, en la Galería de Ulises; la Sala de Hércules en Fontainebleau; las obras de la Galería de Enrique II y la capilla de los Guisa; y Ulises y Penélope. Los trabajos de Ulises, basada en diseños del pintor italiano Niccolò dell'Abbate, resultó destruida hacia 1793. El Museo Bowes de Barnard Castle (Escocia) atesora su Rapto de Helena.
Francesco Primaticcio es considerado el maestro que introdujo en Francia un arte manierista de figuras alargadas y colores insólitos. En pintura, es aclamado por haber dotado al manierismo de un toque francés, a pesar de su marcada influencia italiana.
En el campo de la escultura, su cometido fue el de copiar con moldes las esculturas romanas más importantes de la colección papal, para decorar, posteriormente, los jardines de Fointainebleau. Al final de su vida, se dedicó a la arquitectura, y su obra maestra en esta área es la Capilla Valois en la Basílica de Saint-Denis, la cual se terminó a su muerte y fue destruid en 1719.
Bernardino di Betto (Pinturicchio)
(Perugua, 1454 – Siena, 1513)
Pintorucchio, seudónimo por el cual se conoce a Bernardino di Betto, fue uno de los grandes pintores umbros del quatroccento italiano. Colaborador y alumno del pintor Pietro Perugino, en un primer momento, siguió las características de la obra de su maestro. Rápidamente desarrolló un estilo propio, de marcado carácter narrativo y anecdótico.
Sus obras se caracterizan por una expresión refinada y un gusto por la ornamentación, el cual tomó de la estética miniaturista. El amor por los detalles y la inclinación hacia los colores vivos y esmaltados (oro, azul marino y rojos brillantes), son constantes en la estética de Pinturicchio. A ello se suma el interés por los escenarios amplios, y una disposición por plasmar el movimiento, mayor que la de su maestro Perugino.
Entre los temas que trabajó estuvieron tanto los religiosos, como los históricos y alegóricos. Sus personajes lucían lujosamente ataviados, y ponían de manifiesto la capacidad del pintor para realizar retratos de alta calidad. En sus piezas, asimiló la cultura pictórica del renacimiento, con una marca personal que tenía mucho de goticista. Por ello ha de considerarse muchas veces como uno de los grandes artistas del renacimiento, aun anclado en el gótico internacional, quien, sin embargo, hizo propios los elementos del lenguaje formal de sus contemporáneos.
Además de frescos, realizó pintura sobre tabla, las cuales se encuentran en varios museos de Europa, como la Galería Nacional de Umbria (Perugia) y el Museo de Bellas Artes de Valencia (España). Entre 1481 y 1483 trabajó con Perugino en la Capilla Sixtina, pintando los frescos del Bautismo de Cristo y el Viaje de Moisés a Egipto. A partir de 1486 creó las Historias de San Bernardino para la iglesia romana de Santa Maria de Aracoeli. En 1505 decoró la Biblioteca Piccolomini en la Catedral de Siena, con la Coronación de Pío III e Historia de Pío II; y, alrededor de 1509, realizó una Natividad en Santa Maria del Popolo. Entre 1492 y 1494 decoró la Sala de los Santos en las Estancias Borgia del Vaticano, por encargo del Papa Alejandro VI. En 1501 pintó los frescos la Anunciación, la Natividad y la Discusión con los doctores, en la capilla Baglioni de Santa Maria Maggiore en Spello. Otras de sus piezas fueron su famosa obra El Encuentro del Emperador Federico III con su Prometida Leonor de Portugal; la Ancona de Santa Maria dei Fossi; la Madonna de la Paz; y la Madonna con el Niño y Giovanni Borgia.
Luca Signorelli
(Cortona, 1445/1450 – Cortona, 1523)
La creación de este pintor se orienta a finales del quatroccento y principios del cinqueccento italiano. Considerado uno de los más grandes artistas de la Escuela de Umbría, se inspiró en la energía de la línea, la espacialidad luminosa y el tratamiento de la perspectiva, de quien fuera su maestro: Piero della Francesca. Por su parte, de Antonio del Pollaiuolo, captó la precisión anatómica que de sus obras se infiere. Con ello creó un estilo propio al cual le agregó características distintivas.
Terminada su formación, se encaminó a la búsqueda de una solidez plástica de los volúmenes. Signorelli se interesó por formas angulosas, los colores intensos y las anatomías corpulentas. Con la exaltación del cuerpo humano, solucionó su preocupación por pintar figuras desnudas. Sus dotes compositivos se evidenciaron en estructuras marcadamente simétricas, que hacían gala de un gusto por el movimiento, muy propio del autor.
La libertad con que trabajó el tema religioso se encuentra reflejada en las referencias simbólicas y literarias a las que recurrió. Su talento dramático eleva su calidad entre los pintores renacentistas. Las composiciones se fueron complejizando cada vez más y pusieron de manifiesto su destreza para el dibujo y su increíble imaginación.
Sus principales obras son la Madonna Villamarina; la Flagelación; la Natividad; las escenas sobre la Vida de Moisés y el Testamento en la Capilla Sixtina; La comunión de los Apóstoles; y el Políptico de Acervia. Pintó frescos en el claustro de Monteoliveto Maggiore; en la Sagrestia della Cura en la Basílica de Loreto; en los muros del Duomo; en el claustro de la abadía de Monte Oliveto; y, sobre todo, en la capilla de San Bricio, en la catedral de Orvieto. En una de sus estancias en Roma dirigió un taller provinciano en el cual realizó retablos de pintura y escultura.
Actualmente, el Museo Diocesano (Cortona, Italia), la Pinacoteca de Brera (Milán), la Colección Cirin (Venecia), el Museo del Louvre (París), y la Pinacoteca Cívica de Volterra (Pisa, Italia), atesoran sus piezas.
La creación de este pintor se orienta a finales del quatroccento y principios del cinqueccento italiano. Considerado uno de los más grandes artistas de la Escuela de Umbría, se inspiró en la energía de la línea, la espacialidad luminosa y el tratamiento de la perspectiva, de quien fuera su maestro: Piero della Francesca. Por su parte, de Antonio del Pollaiuolo, captó la precisión anatómica que de sus obras se infiere. Con ello creó un estilo propio al cual le agregó características distintivas.
Terminada su formación, se encaminó a la búsqueda de una solidez plástica de los volúmenes. Signorelli se interesó por formas angulosas, los colores intensos y las anatomías corpulentas. Con la exaltación del cuerpo humano, solucionó su preocupación por pintar figuras desnudas. Sus dotes compositivos se evidenciaron en estructuras marcadamente simétricas, que hacían gala de un gusto por el movimiento, muy propio del autor.
La libertad con que trabajó el tema religioso se encuentra reflejada en las referencias simbólicas y literarias a las que recurrió. Su talento dramático eleva su calidad entre los pintores renacentistas. Las composiciones se fueron complejizando cada vez más y pusieron de manifiesto su destreza para el dibujo y su increíble imaginación.
Sus principales obras son la Madonna Villamarina; la Flagelación; la Natividad; las escenas sobre la Vida de Moisés y el Testamento en la Capilla Sixtina; La comunión de los Apóstoles; y el Políptico de Acervia. Pintó frescos en el claustro de Monteoliveto Maggiore; en la Sagrestia della Cura en la Basílica de Loreto; en los muros del Duomo; en el claustro de la abadía de Monte Oliveto; y, sobre todo, en la capilla de San Bricio, en la catedral de Orvieto. En una de sus estancias en Roma dirigió un taller provinciano en el cual realizó retablos de pintura y escultura.
Actualmente, el Museo Diocesano (Cortona, Italia), la Pinacoteca de Brera (Milán), la Colección Cirin (Venecia), el Museo del Louvre (París), y la Pinacoteca Cívica de Volterra (Pisa, Italia), atesoran sus piezas.
Lucas Cranach
Lucas Cranach, el Viejo (Kronach, 1472 – Weimar, 1553)
Este pintor y grabador alemán fue conocido, principalmente por su afición a lo mitológico y al desnudo, así como por el gran número de obras que realizó en su taller (un aproximado de 5000, de las cuales se conservan alrededor de 1000). Discípulo discutido del maestro Matthias Grünewald, Lucas Cranach alcanzó la fama con sus pinturas de temas variados. Entre los trabajos que realizó estuvieron la decoración de interiores, la realización de xilografías y grabados en placas de bronce, las pinturas de altar y los retratos. En un primer momento, abundan las escenas de caza y pastoriles. Luego se inclina a la representación de escenas religiosas, y, posteriormente, mitológicas, las cuales le permitieron introducir los desnudos femeninos.
Aunque sus pinturas religiosas fueron bien aclamadas en su época, las obras más desarrolladas por este pintor fueron las de tema profano. El artista rehusó las armonías italianas y realizó desnudos de formas serpenteantes y con tendencia a la angulosidad gótica. Sus cuerpos no los representó con la voluptuosidad de la etapa anterior, sino como formas sinuosas y bastante poco naturalistas. Atribuyó al arte un canon femenino muy particular: figuras estilizadas y de semblante juvenil, ojos almendrados, senos ligeros y piernas largas. Sus pinturas usualmente eran acompañadas por paisajes.
Cada obra realizada en su taller tenía la marca del estudio: un anagrama de una serpiente alada. El número de encargos fue abundante, y en ellos colaboraron sus hijos, Lucas Cranach el Joven y Hans Cranach. A partir de la masificación del trabajo, las obras calcaron modelos fijos con alguna que otra variación. La ejecución se hizo más esquemática, el colorido menos variado, y el dibujo más anguloso.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentran sus pinturas en las paredes de los palacios de Coburgo y Locha, y las piezas de altar para el castillo de Wittenberg. También son muy famosas su San Valentín aseteado (1502-1503), Retrato de Anna Cuspinian (1503), El martirio de Santa Catalina (1506 y 1508), Venus y Amor (1509), Adam y Eva (15013-1515), Cristo y María (1515-1520), Martín Lutero (1526), Tres gracias (1530), La Edad de Oro (1530), Johann der Beständige (1532), Venus (1532), La Crucifixión (1538), y La ninfa de la fuente (s/f). Entre las colecciones que atesoran sus piezas están el Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid), el Museo del Prado (Madrid), el Museo Lázaro Galdiano (Madrid), el Museo Nacional de Arte de Cataluña (Barcelona), el Museo de Bellas Artes de Sevilla, la Galería de arte de Berlín, la Gemäldegalerie de Berlín, y el Hermitage (San Petersburgo).
A la persona de Lucas Cranach el Viejo le han dedicado numerosas estatuas y monumentos en las ciudades alemanas de Wittenberg, Weimar y Kronach. Varias calles de Alemania llevan, en su honor, su nombre, como las diferentes Lukas-Cranach-Straße en las ciudades de Bottrop, Deggendorf, Kronach y Lutherstadt.
Robert Rauschemberg
(Texas, 1925-Florida, 2008)
Fue un pintor y artista estadounidense, considerado, por su actitud neodadaísta y los aportes que realizaría a la concepción del arte contemporáneo, como uno de los precursores del Pop Art. Sus inicios los tuvo como pintor abstracto a principios de la década del cincuenta. De este período datan sus monocromías. Posteriormente rechazó esta tendencia porque para él «la pintura esta en relación con el arte y con la vida ». Sin embargo, no abandonó la pincelada informal y el trazo gestual. La herencia del action painting estuvo presente en muchas de sus obras.
Hacia 1955 comenzó a realizar un nuevo tipo de arte que rompía totalmente con la concepción frontal del cuadro. La incorporación a sus telas de objetos reales (fotografías callejeras, facturas comerciales, almohadas, sábanas, sillas, y mangueras, entre otros), tridimensionales, marcó una manera de hacer que, extraña a la acostumbrada técnica del collage, se definió como “combined painting” (pintura combinada). En este sentido pretendía cerrar la brecha entre el arte y la vida, actuando en un espacio ambiguo en el que ambas se mezclaban.
En sus piezas presentó, con afán de obra de arte, elementos comunes de la vida cotidiana. Esta idea tenía sus antecedentes en los collages cubistas y en la obra del pintor alemán Kurt Schwitters, de quienes tomó también la distribución geométrica de sus composiciones. Por tanto, su originalidad no se encuentra en el hallazgo de un nuevo procedimiento técnico. El mérito lo obtiene en la actitud antielitista y en la asimilación del mundo circundante como obra de arte y parte del gesto creador. De ahí que no creyó en jerarquías entre la pintura y los objetos que empleaba.
Entre sus gestos más significativos estuvieron el acto de raspar y tachar una obra del pintor De Kooning y presentar el resultado como suyo; las ya mencionadas pinturas combinadas (La cama, Mercado negro, Exilio, realizadas entre 1961 y 1962); su serie de 1964, en torno al presidente Kennedy (Retroactive, 1964, es un ejemplo; y el proyecto ROCI (Rauschemberg Overseas Culture Interchange), iniciado en 1980, que consistió en el intercambio cultural por más de veinte países de cuatro continentes, en los cuales realizó una exposición itinerante con obras hechas de acuerdo a las vivencias y a la cultura de cada uno de esos pueblos. Con ellos, logró cumplir su intención de incorporar la realidad al arte y dotó a este de compactos valores humanos.
Mediante el empleo de sus diversos temas, pretendía expresar mensajes. Hacia 1960 realizó ilustraciones para La divina comedia utilizando la imagen de personajes políticos como Kennedy, Johnson, Nixon y Stevenson al lado de armamentos, cohetes y automóviles, productos de consumo y objetos de destrucción. Esta característica, de sugerir ideas se fue haciendo continua en sus obras.
Robert Rauschemberg abrió un nuevo panorama en el arte norteamericano. Su mayor interés lo tuvo en la iconografía popular estadounidense. Durante su vida conoció a otros artistas como John Cage y Merce Cunningham que contribuyeron a formar su identidad. No solo trabajó la pintura, sino también el video, la fotografía, el grabado, y el performance. A lo largo de su carrera contó con innumerables logros, entre ellos el primer premio de pintura de la Bienal de Venecia. Muchos son los museos que atesoran su obra, y el MOMA, entre ellos posee una vasta colección.
Hacia 1955 comenzó a realizar un nuevo tipo de arte que rompía totalmente con la concepción frontal del cuadro. La incorporación a sus telas de objetos reales (fotografías callejeras, facturas comerciales, almohadas, sábanas, sillas, y mangueras, entre otros), tridimensionales, marcó una manera de hacer que, extraña a la acostumbrada técnica del collage, se definió como “combined painting” (pintura combinada). En este sentido pretendía cerrar la brecha entre el arte y la vida, actuando en un espacio ambiguo en el que ambas se mezclaban.
En sus piezas presentó, con afán de obra de arte, elementos comunes de la vida cotidiana. Esta idea tenía sus antecedentes en los collages cubistas y en la obra del pintor alemán Kurt Schwitters, de quienes tomó también la distribución geométrica de sus composiciones. Por tanto, su originalidad no se encuentra en el hallazgo de un nuevo procedimiento técnico. El mérito lo obtiene en la actitud antielitista y en la asimilación del mundo circundante como obra de arte y parte del gesto creador. De ahí que no creyó en jerarquías entre la pintura y los objetos que empleaba.
Entre sus gestos más significativos estuvieron el acto de raspar y tachar una obra del pintor De Kooning y presentar el resultado como suyo; las ya mencionadas pinturas combinadas (La cama, Mercado negro, Exilio, realizadas entre 1961 y 1962); su serie de 1964, en torno al presidente Kennedy (Retroactive, 1964, es un ejemplo; y el proyecto ROCI (Rauschemberg Overseas Culture Interchange), iniciado en 1980, que consistió en el intercambio cultural por más de veinte países de cuatro continentes, en los cuales realizó una exposición itinerante con obras hechas de acuerdo a las vivencias y a la cultura de cada uno de esos pueblos. Con ellos, logró cumplir su intención de incorporar la realidad al arte y dotó a este de compactos valores humanos.
Mediante el empleo de sus diversos temas, pretendía expresar mensajes. Hacia 1960 realizó ilustraciones para La divina comedia utilizando la imagen de personajes políticos como Kennedy, Johnson, Nixon y Stevenson al lado de armamentos, cohetes y automóviles, productos de consumo y objetos de destrucción. Esta característica, de sugerir ideas se fue haciendo continua en sus obras.
Robert Rauschemberg abrió un nuevo panorama en el arte norteamericano. Su mayor interés lo tuvo en la iconografía popular estadounidense. Durante su vida conoció a otros artistas como John Cage y Merce Cunningham que contribuyeron a formar su identidad. No solo trabajó la pintura, sino también el video, la fotografía, el grabado, y el performance. A lo largo de su carrera contó con innumerables logros, entre ellos el primer premio de pintura de la Bienal de Venecia. Muchos son los museos que atesoran su obra, y el MOMA, entre ellos posee una vasta colección.
Roger Van der Weyden
Roger Van der Weyden (Tournai, 1399 – Bruselas, 1464)
Este gran creador de composiciones es considerado uno de los pintores más prestigiosos y destacados de la escuela de pintura flamenca en el período gótico tardía o prerrenacentista. Su pintura inspiró a sus sucesores coterráneos y europeos hasta comienzos del siglo XVI.
Su destreza la halló en el tratamiento de temas religiosos y retratos. Como sus contemporáneos flamencos, pintó al óleo sobre madera (la base de sus obras fueron paneles únicos, dípticos y polípticos). Su estilo transitó de figuras hieráticas, en un principio, a líneas curvas y texturas elegantes, en su período de madurez.
Hacia el final de su vida, el artista se mostró preocupado por los retratos. Si bien se adscribió a las convenciones de idealización de la época, la mayoría de las veces buscó favorecer a sus modelos. Le interesó expresar las emociones y evocar la personalidad del retratado, a través de sus accesorios, actitudes y posiciones. Les mostró vestidos con ropas elegantes y con frecuencia con rasgos faciales redondeados, los cuales, en algunos casos se desviaron de la representación natural.
Entre sus obras religiosas más famosas se encuentran el Descendimiento de la Cruz (1432), la Piedad (1450), el Retablo de Miraflores (1440), el Tríptico de los Siete Sacramentos (1445-1450). El Juicio Final (1445-1448), y San Lucas pintando a la Virgen (1935-1940). En ellos hace gala de perspectivas arquitectónicas, se aprecian el gusto por las actitudes elegantes, y el estudio de los delicados ropajes. Estas piezas son ejemplo sus profundos sentimientos religiosos.
Sus retratos más destacados son Retrato de una dama (1455), considerado la imagen más famosa de mujeres hechas en todas las escuelas del momento. Otros conocidos son el Retrato de Felipe de Croy y La esposa del burgomaestre.
Instituciones y colecciones como el Museo de Berlín (Alemania), el Museo de Amberes (Bélgica), la National Gallery of Art de Washington (Estados Unidos), el Museo del Prado de Madrid (España), el Museo de Bellas Artes de Boston (Estados Unidos), el Kunsthistorisches Museum de Viena (Austria), la Galería Uffizi, el Monasterio del Escorial, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España), y el Mauritshuis de La Haya, tienen expuestas permanentemente su obra.
Roy Lichtenstein
Roy Lichtenstein (Nueva Cork, 1923 - Nueva Cork, 1997)
Pintor estadounidense, artista gráfico y escultor, considerado como el más puro representante de la ortodoxia pop. Su aporte está en los cambios morfológicos y las apropiaciones con que enriquece esta cultura.
Conocido por sus interpretaciones a gran escala del arte del los cómics, este artista trató de llevar a la pintura la vacuidad de la época consumista en que vivía. A pesar de que en un principió trabajó el expresionismo abstracto, posteriormente trasladó a sus piezas imágenes tomadas de fuentes graficas como vallas publicitarias o historietas. De ello lo realmente importante es la propuesta formal que presentó, ya que captó este estilo de representación, y a partir de él desarrolló sus obras. Dentro de la apropiación pop hizo uso de cuadros de Cézanne, y Picasso, y les otorgó una curiosa calidad, a partir del trabajo con el granulado típico de sus ampliaciones de cómics.
El procedimiento empleado por Lichtenstein fue el de reproducir pictóricamente y a gran formato, con detalle y colores planos, limpios e impersonales, el granulado del clisé original de la imprenta que se aprecia en dichas publicaciones. Así mismo amplió avisos comerciales. Es por ello que en muchos de sus cuadros resalta la imagen mecánica si personalidad del dibujante comercial.
Sus temáticas, a diferencia de las de otros contemporáneos no están libres de mensajes, ni son tan vacías como parecen. En el fondo se aprecia una crítica o un sentimiento de empatía con la sociedad en que vive. Series como la de las quinceañeras y el amor juvenil (Recuerdo, No hay esperanza, y Nadie vendrá) versan sobre las banalidades de la juventud norteamericana. Sin embargo, en sus pinturas dedicadas a la guerra (WHAAM), no presenta a los soldados americanos como héroes gloriosos sino como seres humanos atemorizados ante los peligros de la contienda. También realizó historietas de cómics protagonizadas por dibujos animados (Good Morning Darling) y copias de postales de templos clásicos.
En el año 1965 realiza dos exposiciones en las que predomina el paisaje, algunas de ellas casi abstractas. Aquí combina fragmentos de sus planos con la estructura graneada del clisé y superficies de plexiglás, recordando por su esquematismo, la técnica de la publicidad. Sobre este cambio comenta: «quiero hacer cosas románticas desapasionadamente».
Sus obras se encuentran en la Galería Leo Castelli en Nueva York, en el Museum of Modern Art de Nueva York, en el Guggenheim Museum de Nueva York, en el Kunsthalle de Hamburgo en Alemania y en numerosas colecciones privadas. Realizó esculturas que también recrean los efectos de los cómics, como la del Paseo Colón de Barcelona, y obras en cerámica. Se estima que existen cerca de 4500 obras originales de Roy Lichtenstein en circulación entre pinturas, esculturas y unas 300 estampas. Otras de sus piezas conocidas son Pistola y Takka Takka.
Lichenstein, con su arte anti-intelectual y su exaltación de la imagen idiota, manifiesta un fenómeno sorprendente en el arte contemporáneo: esa zona ambigua en que lo revolucionario y lo conformista se mezclan y un evidente resultado de la fuerza avasalladora de la publicidad.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)














