Francisco Ricci


Desde sus primeras obras, el pintor Francisco Ricci (Madrid, 1614 – El Escorial, 1685) o Rizi, se aprecia un fuerte sentido del dinamismo y la expresividad gestual propios de la llamada escuela madrileña de pintura. Rizi fue uno de sus mejores exponentes y mentor de grandes artistas como Claudio Coello, José Antolinez y Juan Antonio Frías.
Autor de una fecunda obra y de una imaginación pródiga, cuentan que nunca rectificaba un trabajo suyo. La pintura le venía por la sangre, pues su padre, Antonio Ricci, fue un artista italiano que emigró a España para trabajar en el monasterio El Escorial. En lo que más se ocupó durante su vida fue en las grandes pinturas de altar para instituciones religiosas.
Con 25 años trabajó junto a su maestro, el pintor Vicente Carducho, para la Corte en lo que se denominaría De las comedias, del Real Alcázar de Madrid.
Entre sus principales obras están San Andrés, del Museo Nacional del Prado, en el que se advierte una influencia de su maestro Carducho en el sentido del orden, conjugado con el nuevo sentido del movimiento y la vibración del color. Con este mismo estilo pinta el gran cuadro de altar Virgen en gloria con San Felipe y San Francisco –para los Capuchinos de El Pardo-; el Expolio de Cristo, conservado hoy en la Catedral de Almudena, un encargo de los Capuchinos de la Paciencia de Madrid, es una de sus obras más ambiciosas y monumentales.
Por su prestigio es nombrado pintor oficial de la Catedral de Toledo, en 1653, en la que decora el relicario junto a Juan Carreño de Miranda. Anteriormente, en 1649, había colaborado en las tramoyas para las obras teatrales del Buen Retiro, llegando a ser su director. Su entrada a la corte, como pintor del rey se produjo en 1655.
Bajo la supervisión de Velásquez, en 1659, trabajó en el Salón de los Espejos del Alcázar; allí recibió influencias de los fresquistas italianos Agostino Mitelli y Angelo Michelle –en sus pinturas abundan roleos, guirnaldas decorativas y paños sostenidos por angelotes, las arquitecturas fingidas-, que muestra en su decoración de la cúpula y pechinas de la iglesia del convento de San Plácido de Madrid; las bóvedas del camarín de la Virgen de Atocha; de la iglesia de Santo Tomás y la cúpula oval de la iglesia San Antonio de los Alemanes.
A la par trabaja en los retablos, en los que denota una fuerte influencia de Rubens, Veronés y Tintoretto: Martirio de San Pedro (1655), Santiago a caballo, Prisión de San Pedro. Auto de Fe (1683), fue un encargo del Consejo de la Inquisición, está considerado un lienzo de gran valor histórico y documental. Su última obra fue San Francisco de Borja, para la Casa Profesa de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario