Peter Paul Rubens


Peter Paul Rubens nació en Siegen, actual Alemania, un 28 de junio de 1577, la familia de Rubens era originaria de Amberes donde su padre, Jan Rubens había alcanzado la posición de magistrado municipal, después de haber estudiado leyes en las universidades de Lovaina, Padua y Roma. Sin embargo, los graves acontecimientos políticos y religiosos que viven los Países Bajos en la década de 1560 llevaron al joven Jan al exilio en 1568, debido a las sospechas de calvinismo que recaían sobre él.

El niño Peter Paul ya había comenzado su formación en la Escuela Católica con los jesuitas en Colonia, por lo que continuó sus estudios en Amberes. Visitaba la Escuela Latina de Rombant Verdonck donde tuvo la oportunidad de conocer a Balthasar Moretus y se relacionó con los clásicos griegos y latinos, pero esta formación académica no duró mucho tiempo, ya que en la casa de los Rubens no vivían en la riqueza y había que dotar a Blandine, la hija casadera. La crisis económica familiar obligaría a que tanto Philip, el hermano mayor nacido en 1573 como Peter Paul, dejaran los estudios y se buscaran la vida por su cuenta. Philip obtuvo un puesto de bibliotecario en Roma, a la vez que Peter Paul fue colocado como paje al servicio de la condesa Margarita de la Ligne d´Aremberg, viuda de Felipe de Lalaing, en Oudenaarde. Esta experiencia le serviría de base para aprender las maneras cortesanas que tiempo después le serían tan útiles en sus viajes por Europa.


En el transcurso de ocho años (1600-1608) recorrió los más importantes centros artísticos italianos y reprodujo obras maestras para la colección de su mentor, el duque de Mantua. En el período italiano realizó sus primeras obras (La exaltación de la cruz, El bautismo de Cristo), con mucha influencia todavía por la pintura italiana y alejadas de su estilo de madurez. Lo más relevante de esta época es la serie de retratos aristocráticos que pintó en Génova, en el año1603 Viaja a España, enviado por el duque de Mantua para hacerle llegar unos presentes a Felipe III y donde pintó algunas obras (Retrato del duque de Lerma -adquirido en 1969 por el Museo del Prado para celebrar su sesquicentenario-). En 1608 regresó a Amberes por una grave enfermedad de su madre y se quedó definitivamente en esta ciudad, que sólo abandonó tiempo después para la ejecución de encargos concretos, en Amberes abrió una casa-taller en la que, con la colaboración de numerosos ayudantes especializados, realizó gran número de obras en respuesta a la gran cantidad de encargos que recibía.


Un año después de establecerse en Amberes, el 3 de octubre de 1609, Rubens se casa con Isabella Brandt, hija de un alto funcionario municipal llamado Jan Brandt. La novia era catorce años más joven que el pintor pero esto no fue inconveniente para que establecieran una relación perfecta, naciendo de este matrimonio tres hijos: Clara Serena, Albert y Nicolás.
En las obras de los años 1601-1614 (Adoración de los Magos, Anunciación, El descendimiento de la cruz), la personalidad artística de Rubens se muestra ya finalmente formada: grandiosidad y sentido dramático, dinamismo intenso, pasión por el dibujo. Paulatinamente, los intereses del artista se amplían y añade el género mitológico al religioso, así como el paisaje y el género costumbrista. De hecho son mitológicas, algunas de sus obras más conocidas, como Las tres Gracias, el Rapto de las hijas de Leucipo o Diana y las ninfas, en las que resulta evidente la inclinación del artista hacia las musculaturas poderosas, las carnes sonrosadas y exuberantes y las tonalidades claras y alegres.


Las pinturas de Rubens en la década de 1610 muestran una significativa dependencia de la tradición flamenca, aunque las novedades aprendidas en Italia empezarán a tomar fuerza con el paso del tiempo, como se observaen el ciclo pintado para los Jesuitas de Amberes (1617-1621) compuesto por dos grandes lienzos de altar y 39 pinturas para las bóvedas de las galerías y las naves laterales, escenas en las que se puede ver claramente su dependencia de las decoraciones de los palacios venecianos pintados por Tiziano, Veronés o Tintoretto. Las 39 pinturas fueron ejecutadas por el taller, en el que Van Dyck era el principal ayudante. Ya que gran parte de los trabajos realizados por Rubens serían ejecutados por su amplio y fructífero taller.


Rubens realizaba los bocetos y sus ayudantes -entre los que se contaban los mejores artistas del momento como Van Dyck, Lucas Vosterman, Paulus Pontius, Jacob Jordaens o Christoffel Jeghers realizaban los trabajos siguiendo las líneas principales marcadas por el maestro, sin perder éste nunca el control sobre el resultado final de la obra, ya que siempre retocaba las obras de los ayudantes antes de darlas por terminadas.

Uno de los importantes ciclos realizados por Rubens en 1625 es el diseño de los tapices del Triunfo de la Eucaristía por encargo de la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos y una de las clientes más importantes del maestro flamenco. La serie estaba dedicada al convento de las Descalzas Reales de Madrid, donde hoy se pueden apreciar los originales.


Rubens fue un caso extraordinario en la historia de la pintura, ya que en él se aunaban una inventiva casi ilimitada, el refinamiento del color, una deslumbrante capacidad de trabajo y, no en menor grado, habilidades comerciales y de trato personal. Su sofisticada educación y don de gentes le abrieron las puertas de todas las cortes europeas, lo que le permitió acaparar encargos. Organizó en Amberes un amplio taller, donde con la ayuda de discípulos produjo centenares de pinturas de todos los temas y formatos.


Paul Rubens es considerado la figura más importante del Barroco en la Europa del Norte. Lo recuerdan como un gran humanista, un idealista clarividente, hombre reservado y honesto que despreció la actitud arrogante de los poderosos. Tuvo más influencia que Rembrandt a pesar de que a su pintura grandilocuente le falta algo de sinceridad.

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